A veces me pierdo en la desnudez ligera de tus senos,
como queriendo rendirme en tu verbo.
Y entre el tibio cerco de mis brazos,
quisiera tenerte prisionera.
Porque es tanto el deseo de amarte,
que mis ojos se inundan de sales.
Siempre espero que despierten ventanales,
en el hilo azul de los cielos,
pues tu cuerpo huele a miel fresca,
y tus besos alimentan el manantial de mis labios desesperados.
Y bajo noches de sueños compartidos,
Se aceleran el fuego y la pasión,
De este amor, efervescente y sincero.
Carmelo Lanzillotta
Que bello!!! Excelente....:)
ResponderEliminar